martes, 14 de abril de 2009

Sólo para ausentarme

Escribo para ausentarme, como Walser, como Vila-Matas, como Pessoa. Yo soy sólo un reflejo de lo que ellos ya escribieron, y cuando me leo en sus páginas, intuyo que alguna vez me senté con ellos y les conté mi vida en prosa al oído.
Pero eso sí, aunque me hagan el favor de contarme mi vida en papel, yo nunca imitaré su manía de escribir a lápiz. Nunca a lápiz. Porque lo que escribo no se lo llevará el tiempo a su capricho. Lo que escriba perdurará hasta que yo quiera que perdure y se borrara el día que yo quiera que se borre, porque las palabras que escribo me atan a la idea que expresan, me atan a la decisión metafísica del porqué escojo las palabras que escojo y porqué abandono la infinidad de palabras que pude haber tomado. Expresarme con carbón y madera es darle demasiadas concesiones al tiempo para que haga y deshaga lo que mi voluntad ha dispuesto como la verdad de este momento, que tal vez caduque mañana, pero que fue verdad y que nada más importa.
Pero sí, hoy sólo escribo para ausentarme (antes sólo lo hacía para ser otro, o todos, y como ya dije, nunca a lápiz)… Y si me ausento es porque nadie me ve, ni la naturaleza me ve, que, sin ganas de contradecir a Walser, tengo la sospecha de que siempre sí se marchó al extranjero…

2 comentarios:

Mariela Alatriste dijo...

Yo una vez leí:

"Escribir es autorzarse a estirar las fronteras de lo sensato y disfrutar del aislamiento resultante. Sólo cuando terminen de tirarnos a locos podremos escribir en santa paz."

Luis Gonzalí dijo...

O este otro:

"No tengo ambiciones ni deseos. Ser poeta no es mi ambición. Es mi manera de estar solo"