jueves, 30 de abril de 2009

Thriller 2

Apuro el último trago de vino, ese que sé que me hará olvidar. Ella me mira por encima de su copa vacía, y yo le sostengo la mirada. Ya es tarde, y ella se empieza a poner ansiosa. Hoy es la noche acordada. Una sensación extraña me inunda el estomago cuando desde el otro lado de la mesa puedo adivinar, escondida en su bolsa, la silueta de la pistola que intentará usar.
Mi mujer sabe que tengo una amante. Lo hemos discutido y me ha hecho entender. Es por eso que ella espera hoy en casa, fingiendo dormir, con un revolver bajo la almohada. Cuando todo termine alegaremos defensa propia, y todo podrá volver a ser como antes.

martes, 28 de abril de 2009

Cuando digo he olvidado

Cuando digo he escrito, quiero decir he aprehendido
Con esa capacidad oblicua de ser perpendicular
Con ese llanto de himen roto en mi mente adolorida
Una imagen en negativo de la realidad en blanco y negro.

Cuando digo he aprehendido, quiero decir he olvidado
Y las palabras que pronuncio caen de mi boca al suelo
Muertas por el tabaco de horror que mastico y escupo
Al ritmo de la canción de cuna al oído de mi juventud tardía.

Cuando digo he olvidado, quiero decir he olvidado
Y el tiempo se esconde en palabras que decido no recordar
Como los caminos de piedra en donde paso la noche
Deseos perdidos en aquel tiempo de azoteas y de mar.

Cuando digo he olvidado, quiero decir habré escrito
Con esa perpendicularidad oblicua de ser capaz
Con ese dolor de himen roto en el llanto de una mente
Ese blanco y negro, imagen de una realidad negativa.

jueves, 23 de abril de 2009

La mujer que amé me ha convertido en un fantasma

Parafraseando a Arreola para mi madre...


Cansado de ser yo el que siempre se tenía que aparecer a mitad de la noche, la desperté: «¿Por qué no te apareces tu también?», le dije. Ella, todavía recostada en la cama, pálida como un reflejo distante, me veía como quien ve a un niño que no comprende nada. Se levantó y acercándose a mi oído, murmuró: «Despiértate mi amor, los fantasmas no sueñan»», y fue entonces que desperté de golpe.
Ella, recostada a mi lado, todavía dormía en la cama, y yo... yo empezaba a desvanecerme.

lunes, 20 de abril de 2009

Inmortal

Cuando llegué, la nota sobre la mesa confirmó mis sospechas. En ella se leía: Ahora regreso, fui a suicidarme...

Cuento infinito

Un día antes del accidente había dejado una nota en su escritorio con algunas ideas acerca de cómo podía escribir aquel cuento interminable que tanto había querido hacer. Aquella tarde, la sucesión de eventos fue desastrosa: un piso resbaloso, una mesa mal acomodada, un golpe en la cabeza. «Todas sus facultades están intactas, pero el área de la memoria ha sido dañada», dijo el doctor, «su memoria será errática e intermitente».
Él no está conciente de ello, y todas las mañanas se levanta, va a su escritorio, ve la nota y se pone a escribir. Su cuento lo empieza hablando de cómo un día antes del accidente había dejado una nota en su escritorio y de cómo podría escribir aquel cuento interminable que tanto anhelaba.

viernes, 17 de abril de 2009

Efectos secundarios

Dios, en su infinita sabiduría, creó la hipérbole y fue entonces cuando el hombre jugó a ser más grande que Dios...

martes, 14 de abril de 2009

Sólo para ausentarme

Escribo para ausentarme, como Walser, como Vila-Matas, como Pessoa. Yo soy sólo un reflejo de lo que ellos ya escribieron, y cuando me leo en sus páginas, intuyo que alguna vez me senté con ellos y les conté mi vida en prosa al oído.
Pero eso sí, aunque me hagan el favor de contarme mi vida en papel, yo nunca imitaré su manía de escribir a lápiz. Nunca a lápiz. Porque lo que escribo no se lo llevará el tiempo a su capricho. Lo que escriba perdurará hasta que yo quiera que perdure y se borrara el día que yo quiera que se borre, porque las palabras que escribo me atan a la idea que expresan, me atan a la decisión metafísica del porqué escojo las palabras que escojo y porqué abandono la infinidad de palabras que pude haber tomado. Expresarme con carbón y madera es darle demasiadas concesiones al tiempo para que haga y deshaga lo que mi voluntad ha dispuesto como la verdad de este momento, que tal vez caduque mañana, pero que fue verdad y que nada más importa.
Pero sí, hoy sólo escribo para ausentarme (antes sólo lo hacía para ser otro, o todos, y como ya dije, nunca a lápiz)… Y si me ausento es porque nadie me ve, ni la naturaleza me ve, que, sin ganas de contradecir a Walser, tengo la sospecha de que siempre sí se marchó al extranjero…

jueves, 2 de abril de 2009

Pretextos

He estado buscando pretextos para no escribir. Un buen libro que no me permite pensar por mi mismo, una mudanza innecesaria y a destiempo, la visita de un amigo, la búsqueda de algo que sé que no me va a llenar. Y así paso los días, moviendo las cosas de lugar, llenando espacios que no quiero que sean llenados, asesinando horas e ideas mientras camino del punto A al punto B.
El tiempo ha dejado de existir, la necesidad ha dejado de existir. Todo es futuro en este pasado que es cargado por un sólo momento: la inmediatez insatisfecha por la genialidad nunca alcanzada. Y así es la vida bajo el sol, intuiciones de algo que temo que nunca llegue; y los días bajo la luna son sólo de sueños hirientes, de ideas infantiles, de vidas perdidas.
Pero por otro lado, quiero eso. Ese plan que está ahí, y que sueño, y que sudo, y que en los días en que dejo de existir anhelo como quien desea la Vida Nueva. Y ahí está, a cien páginas de distancia y a doble espacio para poder hacer anotaciones... Pero, pero... Son sólo pocos años ¿sabes? Son tan pocos años y tan pocas palabras y tanto que decir. Aunque estos sólo sean pretextos, pretextos que quizás, y sólo quizás, algún día también lleguen a ser pre-textos... Esos que lo empiecen todo, esos que me permitan ir del punto A al resto del abecedarioenmayusculas...